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El último modelo del 2016 Ford Shelby GT350 Mustang es todo un placer. No solo para la vista sino también para los oídos, porque el rugido de sus 526 caballos de fuerza no dejan indiferente la leyenda del GT350.

Aunque su consumo hará que se visite a menudo las gasolineras por su asombrosa sed, también es cierto que el estruendo de su tubo de escape será una gratificante melodía para los oídos.

 

Lo que diferencia el sonido frenético de este Shelby, aparte de la nota profunda de los tradicionales motores V8 americanos, es su cigüeñal. El GT350 emplea un cigüeñal plano liso al estilo de los coches de carreras, que incide en los disparos del pistón a 180 grados en vez de a 90 grados. Tales cigüeñales producen una resonancia en el sonido de escape mucho más aguda. Estos cigüeñales no solo crean una mayor vibración sino que además indicen de forma positiva en la potencia del coche. La conjugación de los frenos Brembo junto con los amortiguadores logran una estabilidad que permite que casi no haya ninguna inmersión en la frenada o balanceo de la carrocería, lo que contribuye a una auténtica experiencia de conducción.

 

El exterior de este potente coche americano luce una pintura y un estilo de los más exuberante, que junto con su sonido, otorgan una conducción entusiasta en la pista de carreras.

Y aunque en su interior los asientos son mejorables en cuanto a comodidad, afortunadamente, la dinámica de conducción, el estilo descarado y la llamativa banda sonora de GT350 compensan las posibles deficiencias.

Photos: Ford Motor Co.

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