Por definición un muscle car es un vehículo de tamaño medio-grande, de aspecto deportivo-agresivo y con altas prestaciones en cuanto a potencia. Pues bien, si quieres ver un auténtico muscle car observa lo nuevo que sale al asfalto, el Challenger SRT Hellcat Widebody.

Ya conocemos todos los detalles de esta nueva versión, más salvaje si cabe, del muscle car americano. Estéticamente tiene pocas variaciones pero a nivel mecánico está dotado de una auténtica fiera.

Exteriormente se distinguen dos grandes entradas de aire en el capó, que mejoran la refrigeración del motor, un nuevo diseño de color en llantas y exteriores, así como casi 9 cm más de ancho debido a las extensiones en los guardabarros.

Interiormente destaca su pantalla táctil de 8,4 pulgadas desde el que se pueden gestionar diferentes programas de conducción: Street (calle), Sport (deportivo), Track (circuito) y Custom (personalizable). El volante está tapizado en piel y se ha dado el toque de color rojo en el velocímetro y tacómetro.

 

El vehículo calza neumáticos de 30 centímetros de grosor Pirelli®305/35ZR20 y llantas del Devil dándole una apariencia fuerte y firme.

Está dotado con un motor V8 sobrealimentado de 6.2 litros, haciendo que su potencia máxima llegue a los 797 caballos con un par máximo de 958 Nm. Esto se ha conseguido con el refuerzo de bielas, pistones y válvulas, mejorando el sistema de inyección y dotándolo de un mejor mecanismo de lubricación. Y para parar a esta auténtica máquina de la velocidad el equipo de Dodge ha colocado frenos firmados por Brembo.

Cuenta con transmisión manual de seis velocidades aunque de manera opcional se puede pedir con ocho marchas automáticas.

Esta bestia consigue llegar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos alcanzando una velocidad máxima de 326 km/h.

Si no pudiste hacerte con el Dodge Challenger Demon de 840 CV por su limitada producción y exclusividad a las carreras, ahora es el momento de rugir con el  Dodge Challenger SRT Hellcat.