El Dodge Challenger es un coche americano muy popular desde que renació en el 2007, y su versión SXT Plus está por encima de la versión estándar por lo que cuenta con un sinfín de características que favorecen una experiencia de conducción más placentera y un mayor rendimiento.
Al ser un modelo de nivel de base, el SXT viene con un motor V6 de 3,6 litros y 24 válvulas. Es un motor de torque fuerte que ofrece 305 caballos de fuerza y 264 libras-pie de torsión. Pero si las posibilidades económicas lo permiten, optar a poder sustituirlo por un motor Hemi V8 es muy aconsejable, pero si no es el caso, la relación calidad-precio de este Challenger SXT Plus es muy buena.
De dimensiones de gran tamaño resulta sorprendente su gran agilidad. El radio de giro es bastante pequeño y permite maniobrar en puestos de estacionamiento con relativa facilidad.
Su exterior luce llamativo con su traje rojo que llama la atención y no deja indiferente a cualquier conductor. En el paquete “Blacktop” predomina el negro en todo su interior. Elimina los detalles cromados y los sustituye por el negro brillante: las llantas de 20″ son en negro, spoiler tronco negro, y las bandas de carreras negro que lo recorren también son en negro. Las puertas son de cuero negro con tiradores de aluminio pulido. Los asientos con calefacción y ventilación así reforzados en color negro… pero aún así, resulta muy atractivo.
En su interior, los pasajeros delanteros pueden disfrutar de un ambiente muy espacioso, sin embargo no sucede lo mismo en los asientos traseros donde el espacio no está pensado para que se acomoden adultos de forma habitual.
En el panel de control, los indicadores son una agradable mezcla de tecnología digital y analógica. Una pantalla digital ofrece lecturas para todo, desde los controles de radio hasta un conjunto completo de programas de medición de rendimiento.
La conducción en “modo deportivo”, que desactiva el control de tracción, mantiene en la caja de cambios automática de ocho velocidades las marchas más tiempo, en lugar de buscar una óptima economía de combustible, aunque también permite utilizar el modo manual.
La suspensión “deportiva” ofrece una conducción más rápida en carreteras secundarias con curvas y desnivel, y sin perder firmeza, que junto con los anchos neumáticos, genera una sensación de agarre al asfalto que inspira confianza.