La historia empieza a mediados de los 60 cuando Chevrolet era el proveedor de la ingeniería y de los recambios del equipo Chaparral de Jim Hall de la categoría Can-Am. Dicho equipo utilizaba un motor de 327 ci de aluminio, pero había llegado al final de su vida útil, quedándose muy corto de potencia para las exigencias del momento de la categoría. Chevrolet disponía de motores Big Block y sabían por la experiencia en competición que dichos motores eran fiables.
En septiembre de 1966, aparece el modelo Camaro y Vince Piggins sabe que la marca le va a pedir que se posicione lo antes posible por delante de su gran enemigo, los Ford Mustang, siendo el padre de los famosos Z/28, haciéndolos campeones en el 68 y en el 69 en las series Trans Am.
Pero en el 69 el niño mimado de Pete Estes, “su” Camaro, estaba siendo atacado sin piedad en las pistas de aceleración. Ford estaba montando Mustangs con su motor 428 Cobra Jet, Chrsyler montaba con un socio externo los Hemi Dart y los Barracuda Hemi e incluso AMC había dispuesto motores de 401 ci para sus AMX.
Fred Gibb, viendo la amenaza de sus rivales, pensó que el motor ZL1 disponible para los Corvettes sería ideal para correr con Camaros en carreras de aceleración, pero se encuentró de frente con la prohibición de GM de disponer de motores de más de 400 ci en el modelo Camaro. De todas formas, Fred Gibb, quería correr la temporada del 1969 con dichos motores y las opciones COPO le iban a ayudar.
Mediante las conversaciones con Vince Piggins, la complicidad de Pete Estes y la opción COPO 9560 Fred Gibb fue capaz de disponer de dichos motores en sus Camaros. Pero los problemas no se iban a acabar aquí. La AMA pedía una fabricación mínima de 50 unidades para poder homologar un vehículo con las opciones disponibles y dicha reglamentación obligó a Fred Gibb a comprar 50 unidades como mínimo. Otros concesionarios compraron 19 unidades más quedando la producción total en 69 unidades colocadas en Camaros y 2-3 unidades en Corvettes.
Motores ZL1
La historia de los motores ZL1 acabó con esas 71-72 unidades totales vendidas, ya que según la política de GM, los costes generados en la producción de un vehículo de serie debían ser repercutidas en los precios finales y Fred Gibb no fue capaz de vender ni tan siquiera “sus” 50 ZL1 ya que el precio del motor duplicaba de largo el precio del vehículo. Los ZL1 no vendidos por Fred Gibb fueron repartidos entre el resto de concesionarios cerrándose las ventas en los 69 camaros.
A Fred Gibb no le fué mal en competición que digamos. En 1971, con Dick Harrell, consiguió el record de la AHRA, categoría pro-stock con un registro de 9.63 s a 143 mph (230 km/h de nada…..) en el 1/4 de milla, con el camaro ZL1 número 1 de la serie de 69 que se vendieron.
Debido a la mala vida que se les dió es casi imposible encontrar alguno con su motor original. En caso de encontrarlo estamos hablando de dinero serio. La horquilla a día de hoy estamos hablando de entre 800.000 a 300.000 USD por lo bajo.
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Clásicos Chevrolet Camaro Copo Tribute 1969
Custom Garage Chevrolet Camaro Copo Tribute